Axe se encuentra con Daniel Johnston
21 agosto 2012
Y un buen día pasó: Axe lanza un nuevo spot para su producto Axe Hair. ¿La canción? “True Love Will Find You in the End” de Daniel Johnston, quizá de todos, el ideal masculino menos apropiado para un anuncio así. Aun así la canción “se preste” para la historia (¿?).
“Pelo. Eso es lo que las mujeres ven primero“. ¿Es cierto eso?
En fin. Por siaca’, la canción completa del gran Daniel Johnston, aquí abajito:
Las bandas de tu festival favorito
20 octubre 2011
Lisen tu de “niu” song of La Tigresa del Oriente in inglich
23 agosto 2011
Dis is wai ai buil alvueis lof mai cauntri.
¡Buélcom tu da Tigresa del Oriente‘s crosóber!
“Niu Bráiter Dei” is da inglich verchon of jer pópuliar song “Nuevo Amanecer”.
Perú is greit. Rrily.
A Papá
19 junio 2011
Éste fue un Día del Padre peculiar. La pasé rodeado de papás, en familia, en pareja, en confianza; mucha comida, mucha bebida y mucha llovizna. Pero sin música. En (casi) todo el día. Salvo por un breve lapso de tiempo en donde, al llegar la noche, llegué a reconocer algunas salsas sonando de fondo. Salsas que recuerdo gracias a que fui expuesto a ellas desde pequeño. De pronto comencé a enlazar cosas en mi cabeza. Recordé a mi viejo, recordé sus vinilos y su equipo Sansui con tocadiscos y radio AM/FM, recordé aquella vez que pagó las entradas para que vayamos con mi vieja a ver al Gran Combo de Puerto Rico a la Feria del Hogar. Recuerdo que cantaron “Aguacero”, y cada pequeñísima gotita de llovizna caída este domingo me hicieron extrañarlo todavía mucho más.
Dale a Papá lo que quiere por su día
17 junio 2011
Los Beastie Boys la tienen clara. No son medias. No es una loción del catálogo que te chantó la vecina. No es un almuerzo con descuento en Cuponéate. No:
GET YOUR DAD WHAT HE REALLY WANTS FOR FATHER’S DAY
Los Beastie Boys #saben. ¿Qué le vas a dar al tuyo?
Como Mamá no hay otra
8 mayo 2011
Mother, there is no other :]
Feliz día, Mamá.
Adiós, Ernesto Sabato
30 abril 2011
¡¡Ozzy Presidente!!
14 abril 2011
Vaya que es divertido el heavy. A pesar de todos su clichés. A pesar de todos los prejuicios que pueda yo enyucarle, la noche del martes pasado me divertí. Me sentí feliz.
Confieso que en algún momento desdeñé la idea de ir al concierto. Precisamente, porque a pesar de saber que podía llegar a disfrutar del repertorio del venerable rockero británico, sabía que iba asistir a una puesta en escena de cliché-rock que terminaría por arrepentirme… pero luego de hora y media contundente (y gracias a una oportunísima oferta 2 x 1, todo hay que decirlo), el show de Ozzy tiene que ser uno de los más gratificantes que yo haya podido presenciar en vivo.
Lo más extraño es que haya sido así de divertido aún cuando el concierto fue una colección de clichés rock en toda su dimensión. Desde el bajista que hacía mejores coreografías que Gene Simmons, el baterista que SIEMPRE apuntaba al cielo antes de tocar la tarola, el guitarrista con el ventilador delante de su pedalera soplándole la melena al cielo, hasta llegar, por supuesto, a un Ozzy Osbourne (huevón, ES OZZY OSBOURNE, ¡¡el inventor de todo un género!!) que simplemente entrañable y, aunque considerando sus increíbles 62 años puede que no parezca tan simple, súper entregado a esto, a su show, a su performance, a esto que ha venido haciendo desde más de 4 décadas.
Ozzy será más lerdo para caminar que un caracol, parece tener más pinta de enfermo de Parkinson que de Padre del Heavy Metal, pero apenas ingreso al escenario de la Explanada Sur, con esas ganas de querernos abrazarnos a todos los que estábamos ahí presentes, te tiemblan las rodillas y solo te dejas llevar. Ozzy debe haber soltado más “I love you” que un concierto de Barbra Streisand, pero eso no importa. El ex Black Sabbath es tan genuino y honesto cuando nos lo dice, cuando se arrodilla en el centro mismo del escenario para alabarnos, cuando nos pide los “oe oe oe oeee, Ozzyyy, Ozzyyy“, que lo que te sale de dentro solo puede hacerte sentir bien. No es un payaso en escena, se divierte CONTIGO. Todo esto sin perder por un segundo el control de SU concierto: Sabe cuándo pedir que le suban a los retornos de su micrófono, sabe cuándo pedirle a la gente que lo acompañen con las palmas, sabe que colgarse la bicolor en la espalda nos va a “hacer vibrar”, sabe que tirarnos espuma con su pistola de aire y agua en baldes será the ultimate live experience, y por si todo esto no fuera demasiado extasiante ya, sabe cuándo insertar, cual bisturí afilado, en medio de su setlist solista una canción de Black Sabbath para que el respetable (que confieso, tonto yo, pensé que iba a ser menos de los que ahí estuvimos) estalle en furor.
Uno de esos a quienes escuchar “Fairies Wear Boots” nos pasó de vueltas, fue mi tío, a quien invité por obra y gracia del 2 x 1 (el que no puede, aplaude). Fui feliz por eso también, porque pude compartir con alguien quien, a pesar de la diferencia de edad, sentía el mismo entusiasmo, y aún conserva su LP del Vol. 4, ese de la portada amarilla y negra. Es cierto que la carrera solista de Ozzy no me llama tanto la atención como para que seguirlo a pie juntillas, sino que fue precisamente su trayectoria en Sabbath la que me empujó a decidirme a comprar ese par de boletos. Y enhorabuena, así fue: Las sirenas de “War Pigs” pagaron cada centavo. Mi tío y yo estábamos delante de algo increíble: No solo de 4 músicos con destreza (incluyendo a Adam Wakeman, tecladista/2da guitarra, que resultó ser hijo de Rick, tecladista de Yes) que demostraron ser un excelente soporte para el gran Ozzy, sino también fuimos testigos de canciones definitivas, de temas que cambiaron todo. Cuando el pedal del bombo comenzó a marcar cada compás de “Iron Man” nos olvidamos que el domingo fuimos miembros de mesa y que a la salida habrá que caminar como 2 kilómetros para tomar un carro, qué diablos. “Oh oh woo oh oh, woo-woo-woo, oh oh oooh”. We went locoooo!!!
Y claro, pues, todo acabó. Con la promesa de regresar. No sé si el físico le dé a Ozzy para una nueva gira mundial (la voz creo que ya no, la verdad), pero esa noche 2 peruanos que algo de rock escuchan de vez en cuando salimos satisfechos: Hemos gozado “Paranoid” en vivo de la boca del mismo Príncipe de las Tinieblas. ¿Cómo carajos no quieres que estemos felices?
XXX: Los 30 de mi hermano
13 marzo 2011
Su año “porno”, como le llama.
Mi hermano Julijus Estebanas, cumple 30, aunque lejos, en Lituania. De tener su Last.fm (cosa que quizás ni sepa qué es) pues tendríamos casi nula compatibilidad, pero está bien.
Hay canciones y grupos (tal vez no tantos pero los hay) que nos agradaban a ambos, los disfrutábamos porque encontramos en ellas letras divertidas que cantar, melodías fáciles de tararear, y sobre todo, esos detalles que anudaban más fuerte el lazo que nos hacía sentir hermanos más que dos personas que viven juntas porque la sangre lo demanda. Algo común que compartir (y que no sea fútbol).
Fácil no están todas las que son, pero las que figuran las recuerdo porque de una u otra forma me recuerdan una época que disfruté junto a alguien a quien ahora me gustaría ver mucho más seguido. Feliz cumple, Lord-Pibe.
La Misma Gente – “La Chica De Chicago”, una de esas canciones que te las sabes de memoria porque las cantabas hasta antes de dormirte, ya acostados en el camarote.
Joe Arroyo – “La Noche”, sea por esa extraña fijación que tiene mi hermano con Colombia, sea porque esta canción es increíblemente pegadiza, es otra de esas que podemos cantar en un karaoke con los ojos vendados.
Frankie Ruiz – “Tú Con Él”, podría poner todo el catálogo del flaco salsero, pero bueno, recuerdo a mi hermano cantando esta canción día, tarde y noche. Queda.
Johnny Ray – “Mi Amor Amor”, el póker salsero se cierra con este as. Otra de esas que las cantas hasta en la ducha.
Londonbeat – “I’ve Been Thinking About You”, recuerdo haber ido a alguna Feria del Hogar, y el marrón se las ingenió para salir de ahí con ese cassette en la mano. Y yo con uno de Queen, jeje. Gracias, mamá.
Live – “I Alone”, alguna vez me topé con esta canción en una de sus carpetas de descarga con el Kazaa Lite. No niego que me sorprendió, para bien.
Los Prisioneros – “Muevan Las Industrias”, fuimos juntos al último concierto de los chilenos en Lima (la misma noche de lo de Utopía en el Jockey). Y ambos coincidimos: Faltó que tocaran esta canción.
Duncan Dhu – “A Tientas”, antes de su periplo español, recibimos visita de familia desde España. Años después, Erentxun llegó solito para tocar en la feria y ahí estuvimos. Luego, la despedida.
Los Caños – “Eres Para Mí”, ya en Zaragoza, se le ocurre mandar este disco. Canciones demasiado ñoñas para mi gusto (con un timbre de voz insoportable), pero no falta la mujer por la que canciones como esta se vuelven “imprescindibles” en ciertos momentos, cuándo no…
Franco de Vita – “Fuera De Este Mundo”, no he conocido ningún otro fan del veneco en mi vida. Hasta ahora. Solo él. Va para mi hermano.